jueves, junio 28, 2007

Cuatrienal de Praga 07

Mundo teatral elige a Praga como escenario
The New York Times
Junio 17, 2007

Por DONNA KORNHABER y DAVID KORNHABER

Cuando Arnold Aronson, profesor de teatro en la Universidad de Columbia, en Nueva York, recibió hace varios años la invitación de desempeñar el puesto de comisionado general de la Cuatrienal de Praga, sabía que podría ser algo difícil de presumir. “Todo el mundo conoce los Óscares, los Tonys, incluso la Bienal de Venecia”, explicó. “Siempre le digo a la gente lo que hago y me contestan que nunca han oído hablar de ella”.
Para aquellos que sí han oído hablar de ella, la Cuatrienal de Praga es, de acuerdo con Ondrej Cerny, su director, “la reunión más importante del mundo entero de gente del teatro”.
El evento, llevado a cabo cada cuatro años desde 1967, en Praga, celebra este año su cuadragésimo aniversario. Con sede en el Palacio Industrial, complejo estilo Art Nouveau edificado en 1891 y localizado en el seno del Parque de Exposiciones Vystaviste, presenta exhibiciones de diseño de escenografía, vestimenta, iluminación y sonido. La edición 2007 del festival, del 14 al 24 de junio, ofrece muestras procedentes de unos 60 países.
Las naciones participantes compiten por varios premios, entre ellos la Triga de Oro, descrita por Daniela Parizkova, directora adjunta de la cuatrienal, como “uno de los honores más importantes del ámbito”.
Creado por el Ministerio de la Cultura en un momento en que, de acuerdo con Parizkova, “Checoslovaquia dominaba el diseño teatral mundial”, el festival se convirtió en lo que Aronson calificó como “parte de las guerras culturales de la guerra fría”.
Las primeras cuatrienales se caracterizaron por un cuantioso gasto por parte de las naciones ubicadas de ambos lados de la Cortina de Hierro, particularmente de la URSS y de sus países satélites. El festival se convirtió en uno de los acontecimientos más destacados de Europa Oriental en materia de encuentro y de intercambio de ideas entre artistas y ciudadanos. “En los 70, mucha gente sin interés en el teatro venía únicamente para convivir con occidentales”, señaló Aronson.
Con la fragmentación de la Unión Soviética, en 1991, el festival experimentó lo que Cerny describió como “una crisis de identidad”. Las exposiciones soviéticas habían sido, en una época, el plato fuerte del festival; en 1991, sus obras participantes estaban enteramente hechas de cartón ondulado y pegamento para que pudieran ser tiradas a la basura al finalizar el festival y reducir los costos de transporte. No fue hasta 2003 cuando, de acuerdo con Cerny, la Cuatrienal de Praga empezó a encontrar “una nueva identidad en un mundo nuevo”.
El nombramiento en 2004 de Aronson, primer comisionado extranjero, formó parte de esa iniciativa.
Desde 1967, cada cuatrienal ha contado con un tema particular, como las obras de Shakespeare, Chéjov o Mozart, en torno a lo cual se esperaba que los países orientaran sus muestras. Una de las primeras decisiones tomadas por Aronson consistió en eliminar los conceptos impuestos.
“Nos pareció que las temáticas no eran relevantes para los nuevos países participantes”, expresó, “y preferimos que cada país escogiera su propia temática, de acuerdo a lo que pareciera más apropiado a cada uno. Juntas, sentimos que temáticas múltiples nos permitirían medir el pulso del mundo sociopolítico de 2007”.
Este año, el festival también se enfoca de forma acrecentada en el performance. Una de las paradojas de la cuatrienal, de acuerdo con Aronson, es que “expone artefactos del proceso, pero el evento en sí permanece ausente”. Al expandir una tradición instituida en 2003, la cuatrienal de este año ofrecerá 500 performances individuales e instalaciones temporales en el parque de exposiciones y la ciudad.
Entre estos cambios se mantiene una constante: el aspecto más importante de la Cuatrienal de Praga sigue siendo la habilidad de reunirse e intercambiar ideas.
“Durante diez días, Praga se convierte en el centro del teatro mundial”, expresó Cerny. “Todo el mundo se da cita en Praga”.